4 de febrero de 2011

4 de Febrero

Hace tiempo que cumplo mi condena.Exactamente,desde mis diecisiete años.

Tengo períodos de libertad,libertad bajo un juramento.Un juramento que cumplo rigurosamente.Un rigor de lucha incansable,agotador,pero que me permite seguir soñando con que los días tienen colores,con que vale la pena respirar la brisa de la ciudad,con que puedo planear mi futura profesión.
Al tener buen comportamiento y cumplir con el juramento,la libertad ha pasado de ser horas,luego días,y hoy se han transformado en meses.

Pero,¿como explicarlo?.

No hay palabras que alcancen para definirlo.

Soy presa de la angustia,el terror,de fantasmas pasados (que se niegan a abandonarme).Esclava de la tristeza,la melancolía,la "sin razón",el odio y la autodestrucción.

Al caer en las garras de estos monstruos pierdo la libertad.

Volver a recuperarla,firmar ese juramento nuevamente es un largo sendero.

Es cruel ser presa de estos sentimientos,que calan hondo en mi mente,finalizan en una ceguera desoladora.Volviendome un ser frío,autodestructivo,una masa amorfa,un montón de carne que solo desea pudrirse al sol.O tal vez,si eso no es posible,entonces clavarme mil puñales para anestesiar el dolor.

Ser presa de estos mil delirios es inimaginable.Es algo abominable.Te paraliza,te destruye,te absorbe,te aniquila.Y el dolor,ese inmenso dolor que conforme pasan los años se mezcla con hastío.
Y solo querés respirar sin ese dolor incrustado.

Hoy vuelvo a luchar contra ellos.Cerca de perder mi libertad...otra vez.

1 comentario:

  1. Wow, en lo que va del blog me esta gustando. Espero que sigas escribiendo.

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